82016Jul
Las enfermedades más comunes del verano y cómo prevenirlas

Las elevadas temperaturas, el contacto continuo con el agua y la humedad, los cambios de hábitos… son muchos los motivos por los que en verano somos más propicios a coger una serie de enfermedades.

La mayoría de estas patologías se pueden prevenir y tienen fácil solución

A continuación, te contamos cuáles son las enfermedades más habituales del verano y qué hacer en caso de tenerlas.

Deshidratación

El calor y la exposición solar hacen que perdamos mucha agua corporal, no solo debido al sudor, sino también con la micción o las heces. Las personas mayores y los niños son los principales grupos de riesgo.

Para prevenir y solucionar la deshidratación es fundamental restituir los líquidos perdidos con agua o bebidas isotónicas.  Hay que prevenir este tipo de incidentes y para ello lo mejor es beber líquidos de manera continuada, aunque no tengamos sed. Entre un litro y medio y dos litros al día.

Hongos

El verano es una estación propicia para que caminemos descalzos sobre un suelo mojado de las piscinas, duchas o baños públicos, propiciando coger una infección por otras personas que ya la tiene. La más común es el pie de atleta.

Para prevenirlos es mejor ponerse unas chanclas para andar por las piscinas y las duchas de las mismas, donde los hongos son frecuentes. También es recomendable secarnos bien tras cada baño.

Si nos contagiamos, deberemos comprar alguna crema antifúngica en la farmacia para controlar la infección.

Quemaduras solares

Tomar el sol sin protección puede provocar que nos quememos. Si esto pasa se enrojece la piel y, en grados más graves, hasta pueden producirse ampollas y ulceraciones.

Para evitar que esto pase, la solución es tan sencilla como utilizar protectores solares. Además, se recomienda el uso de after sun tras haber tomado el sol durante mucho tiempo, aunque no nos hayamos quemado.

Intoxicaciones alimentarias

En verano es más habitual contraer alguna intoxicación, que se produce al comer alimentos que se han puesto en mal estado debido al calor. Estas intoxicaciones pueden causar diarreas, náuseas, vómitos… En ese caso hay que estar en reposo, tomar comidas suaves y acudir al médico.

Para prevenirlo es imprescindible que los alimentos estén en buenas condiciones y necesitamos lavarnos bien las manos antes y después de manejar los alimentos. También debemos guardar los alimentos a buen recaudo para que los insectos o animales de compañía, que son focos de gérmenes, no puedan acceder a ellos.

Otitis

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Se produce cuando, después del baño en la piscina o en el mar, nos queda agua en el oído. Si el agua está contaminada por bacterias nos puede provocar una infección en el oído.

Para prevenir la aparición de esta infección, debemos no sumergirnos en el agua de manera continua o utilizar tapones para los oídos. Además, después del baño conviene limpiarnos los oídos y secarnos bien.

Si ya hemos contraído esta enfermedad, lo mejor es no mojar el oído y tomar analgésicos para reducir el dolor que produce la otitis.

Cistitis

En esta época del año, las cistitis son especialmente frecuentes, y más en las mujeres. La principal causa es estar mucho rato con el bañador mojado y las frías temperaturas del agua.

Para prevenirla, lo mejor es secarnos bien para intentar no estar mojados o cambiar de bañador para evitar así que la humedad afecte al sistema urinario.

Una vez contraída la cistitis, hay que beber mucha agua para orinar de manera frecuente y acudir al médico para realizar análisis para que nos receten un antibiótico y hacer así desaparecer la infección por completo.

Alergias y picaduras

En verano hay más insectos, abejas, avispas, chinche… y es más probable que suframos sus picaduras que pueden provocarnos inflamaciones e incluso vómitos, mareos o fiebre.

La prevención es sencilla, debemos usar repelentes de insectos cuando estamos fuera de casa y utilizar algún dispositivo repelente en el hogar para que los insectos no entren.

Si nos han picado, lo mejor es desinfectar la herida con amoniaco o cremas especializadas sobre ellas. Si nos ha picado una avispa, antes habrá que quitar el aguijón para evitar que el veneno se extienda.

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