Estimulación ovárica: consejos y funcionamiento

La estimulación ovárica es una técnica de reproducción asistida fundamental en tratamientos como la fecundación in vitro y la inseminación artificial. Tiene la capacidad de elevar la tasa de embarazo desde el 5%, en un ciclo natural, hasta el 60 o 70% en algunos casos.

El Doctor Salvador García Aguirre, especialista y responsable Clínico de la Unidad de Reproducción Asistida Montpellier (UR Montpellier) en Zaragoza, explica qué es la estimulación ovárica, cuál es su funcionamiento, la duración del tratamiento y sus posibles efectos secundarios.

P. – ¿Qué es la estimulación ovárica?

Es un tratamiento a base de hormonas que, tal y como su nombre indica, sirve para estimular a los ovarios. El objetivo es que podamos disponer de más óvulos de los que un ovario produce en su ciclo natural, que es uno.

De cara a los tratamientos, generalmente de la fecundación in vitro, nos interesa disponer de más óvulos maduros. Y para eso sirve la estimulación ovárica. De hecho, en el 99% de los casos de fecundación in vitro se utiliza la estimulación ovárica y se consiguen desde 8 a 14 óvulos. Para otros tratamientos más sencillos, como la inseminación artificial, también se utiliza en el 90% de los casos.

P. – Se trata, entonces, de un tratamiento complementario a otros como la fecundación in vitro o la inseminación artificial.

Va inherente. Podríamos decir que la estimulación ovárica es la primera etapa de la fecundación in vitro. Si no, optaríamos a coger solo un óvulo, como ocurre en el ciclo natural.

P. – ¿En qué consiste el tratamiento y cuál es su proceso?

Es una medicación hormonal que la mujer se autoadministra por vía subcutánea. Es fácil de aplicar y lo puede hacer la propia mujer. Es, más o menos, el mismo sistema que llevan a cabo los diabéticos.

P. – ¿Cuánto tiempo dura aproximadamente el proceso de la estimulación ovárica?

Para una fecundación in vitro, la estimulación ovárica suele durar de 8 a 10 días de media. En el caso de una chica que no ovula, se puede prolongar hasta los 20, 25 o 30 días. Son los casos menores, eso sí.

P. – ¿Hay algún límite de edad o está recomendado para algún tipo de paciente en concreto?

Cuando se lleva a cabo una fecundación in vitro con los propios óvulos, podemos desarrollar una estimulación ovárica hasta los 42-43 años más o menos. Mientras esté indicada la fecundación in vitro, está indicada la estimulación ovárica.

P. – ¿En qué porcentaje puede llegar a aumentar las probabilidades de embarazo?

Mucho. En la fecundación in vitro, si no hacemos estimulación ovárica y lo hacemos mediante el ciclo natural, la tasa de embarazo es de un 5%. En cambio, en una fecundación in vitro con una estimulación ovárica en una mujer de buen pronóstico, podemos tener tasas de hasta un 60 o 70%. Todo en función de la edad de la mujer y del pronóstico que tenga. Una mujer con un pronóstico muy malo o de 42 años, no tiene esas tasas. Pero con 30 años, podemos pasar de un 5% en ciclo natural a un 60% si hacemos la estimulación ovárica.

P. – ¿Tiene algún tipo de efecto secundario?

El efecto secundario más importante se da si hay una respuesta muy alta y se desarrolla una superestimulación o hiperestimulación. De hecho, así se llama el síndrome. Son casos con mujeres que tienen una reserva de óvulos muy alta y a las que se les administra una dosis demasiado fuerte. Puede ser un síndrome que revista gravedad y que termine derivando en un ingreso hospitalario de 15 o 20 días con tratamiento intensivo.

P. – Por eso, los controles y las revisiones, en este sentido, son fundamentales.

La estimulación ovárica tiene que ser personalizada, con un estudio previo importante y desarrollado por médicos con mucha experiencia. Parece sencillo, pero es de lo más complicado que hay en reproducción asistida porque cada mujer requiere una dosis concreta y unos controles estrictos. Afortunadamente, estos efectos secundarios ocurren una vez de cada 700 ciclos de fecundación in vitro. Así, realmente, el riesgo de complicaciones es del 0,1 o 0,2%.