La vuelta al cole 2020, una vuelta muy especial

Cada mes de septiembre se inicia un nuevo curso escolar y, a los nervios típicos de todos los años, se suman ahora un sinfín de emociones y dudas después de seis meses sin asistir a los colegios.

A lo largo de estos días todos hemos sentido momentos de mucha incertidumbre, dudas y desinformación respecto a los horarios escolares, la modalidad de las clases, las medidas de seguridad de los centros, la existencia o no de actividades extraescolares… y, aclaradas ciertas dudas, nos surgen ahora otras nuevas: ¿Qué ocurrirá si un niño es positivo en Covid?, ¿cerrarán el centro o algunas clases?, ¿qué debo hacer?, ¿cómo me organizaré con los niños y el trabajo?, ¿cómo lo gestiono con mi empresa? y así, un largo etcétera.

Los profesionales coinciden: volver al colegio es bueno para los niños

A todas las dudas anteriores, sumamos que los niños están muy desconectados de sus compañeros, profesores y rutinas. Si en condiciones normales, a los niños ya les suele costar adaptarse a la rutina escolar, este año esas dificultades pueden agravarse, provocando en los niños miedo y ansiedad.

La opinión generalizada de los profesionales es que la vuelta al colegio es necesaria y beneficiosa para los niños. Los pequeños deben socializar para desarrollar habilidades cognitivas, físicas y sociales, para evolucionar a nivel motriz y comunicativo y para ganar confianza y autonomía. Sin duda alguna, para conseguir todo esto, el colegio es un entorno privilegiado en el que los niños pueden aprender a convivir y relacionarse con las nuevas medidas de prevención sanitaria.

La actitud de los padres, clave en la adaptación

Como adultos, debemos reforzar la idea de que la vuelta al colegio es positiva para ellos. Sin duda esta convivencia con el virus va para largo, no sabemos cuánto va a durar, por lo que será necesario acotar y poner límites al miedo que nos produce, porque no va a desaparecer.

Cuando los niños son muy pequeños (aproximadamente hasta los 6 años), el miedo se vincula a la forma de actuar de sus padres. Si los niños observan miedo en sus referentes, lo normal será que interioricen ese temor y no consigan acudir al colegio con tranquilidad y normalidad.

Pese a que la situación es tan excepcional, hay que tratar que, en la medida de lo posible, nuestros hijos sientan que están protegidos y seguros, aunque siempre respetando los protocolos de seguridad. Si como adultos conseguimos gestionar el miedo, transmitiremos una gran lección a nuestros hijos. Para lograrlo, la mejor estrategia es “olvidarnos” de planificar a largo plazo y vivir el presente.

Escuchar, entender y actuar

Podemos también mitigar sus miedos dándoles información clara, adaptada a su edad. Responder a sus dudas e inquietudes para que puedan vencer o aliviar sus miedos.

Encontraremos algunos chicos más reticentes a volver al colegio e incluso alguno que se niegue. En ese caso, es fundamental encontrar el origen de dicha actitud, saber qué es lo que les da miedo y a partir de ahí, encontrar la forma de gestionarlo, ya sea mediante una relación padres-hijo o, en casos más graves, mediante ayuda profesional.

En cualquier caso, de toda situación complicada hay que sacar un aprendizaje. Los niños, afrontando estas adversidades, pueden entender que la vida no es un camino de rosas y que, en ocasiones, hay que actuar sin tener en cuenta lo que queremos o lo que nos gusta.