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Muchas personas cuando se plantean acudir a la consulta de un especialista, para tratar de solucionar problemas psíquicos; les suscita temor o les genera dudas la posibilidad de que el tratamiento recomendado incluya consumir fármacos. Las “pastillas”, en psiquiatría, popularmente no llevan buena fama y producen, entre la gente, respeto cuando no miedo. Hay mucha leyenda “negra” en torno al tema. Existe un gran desconocimiento entre la población en torno a las terapias que se practican en la consulta de un psiquiatra.
En la consulta zaragozana del Dr. Vicente Ezquerro, están especializados y aportan una experiencia profesional dilatada, de más de treinta y cinco años, en el tratamiento psíquico sin fármacos, a través del tratamiento psicoterápico: la psicoterapia relacional.
Pregunta: ¿Cómo evalúan el tipo de tratamiento que han de aplicar en cada caso?
Respuesta: Llevamos muchos años tratando pacientes a través de la psicoterapia con muy buenos resultados. Esta es nuestra primera opción y nuestra orientación principal: el abordaje y tratamiento de la problemática que trae al paciente a consulta (independientemente de la intensidad de su sufrimiento, de su duración en el tiempo y del diagnóstico precedente, si lo hay). Nuestro objetivo es aliviar y cambiar a través de la relación con el médico, que debe dotar de nuevo significado al sufrimiento del paciente y dotarle de los instrumentos de cambio necesarios, para dejar atrás su malestar existencial y propiciar una mejora de su devenir.
Nuestro objetivo es aliviar y cambiar la situación del paciente a través de la relación con el médico. Con tratamiento psicoterápico. Con la palabra.
Entonces ¿cuándo se prescriben los fármacos?
En principio cuando el médico considera que hacen falta. Debemos señalar que actualmente, sólo en los caso graves (esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión mayor crónica, severa y recurrente) existe un consenso generalizado de aplicar un tratamiento conjunto de psicoterapia y psicofármacos. En otros trastornos severos como el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, los trastornos relacionados con la alimentación y los trastornos por abuso de sustancias, ya no existe un consenso generalizado en el uso de ambas estrategias; pero en todos los casos siempre está indicada, la conveniencia del tratamiento psicoterápico.
Un golpe en la vida, no determina un destino. Debemos y podemos, con ayuda médica, redirigir nuestra vida.
¿Qué casuística más habitual se ve en la consulta de un psiquiatra?
En la mayoría de los casos, habida cuenta de que las consultas más frecuentes son pacientes que presentan cuadros de conflictiva existencial: ansiedad o depresión, duelos no resueltos en el tiempo, problemas de una fase del ciclo vital (adolescencia, madurez, vejez), problemas de autoestima, enfermedades crónicas médicas que no son bien aceptadas, problemas de pareja (conflictos, separación), problemática psicosexual…, no es necesario el empleo de psicofármacos.
Y con esa variedad de situaciones que afectan a la estabilidad emocional de los pacientes ¿cómo deciden qué hacer?, ¿por dónde empezar?
El abordaje clínico inicial en nuestra consulta, es partir del presupuesto de que la acción terapéutica irá dirigida a un tratamiento psicológico, psicoterapia, (tratamiento médico por medio de la terapia de la palabra), exclusivamente.
Ya desde la primera consulta, se evalúa la importancia de los síntomas disfuncionales y limitantes de la actividad ordinaria habitual del consultante, (cansancio, trastorno del sueño, dificultad respiratoria, sensación opresiva en el pecho o la garganta, dolor, etc.,). Es necesario también proceder a evaluar la fortaleza individual del paciente para tolerar estos “padecimientos”, que si bien son expresión y consecuencias de su problemática vital, no todo el mundo está dispuesto a tolerarlos en el tiempo, hasta que el tratamiento psicoterápico proceda a su esclarecimiento y tenga lugar un cambio del afrontamiento vital de la problemática que le trae a la consulta, como consecuencia del cambio habido en la relación (terapéutica) psicológica.
Es necesario a evaluar la fortaleza individual del paciente para tolerar sus “padecimientos”. No todo el mundo está dispuesto a tolerarlos en el tiempo hasta que tenga lugar un cambio del afrontamiento vital de la problemática que le ha traído a la consulta de un psiquiatra
¿Y si al final es necesario prescribir fármacos?
Siempre, si se decidiera establecer un tratamiento farmacológico, sería de común acuerdo por ambas partes: médico y paciente; y también siempre con las debidas explicaciones sobre las expectativas realistas de lo esperable en cuanto a los resultados a obtener del tratamiento farmacológico, instaurado como tratamiento sintomático paliativo, y por tanto temporal. Conforme el paciente avance en su nuevo afrontamiento de la realidad, gracias al tratamiento psicoterápico, con el fortalecimiento adquirido de sus recursos psíquicos se irá retirando paulatinamente la medicación, para proseguir con el tratamiento psicoterápico solamente; lo que contribuirá a aumentar en el paciente la conciencia de su progreso personal.
Si nuestro objetivo inicial y a corto plazo, siempre, es aliviar el sufrimiento. A medio y largo plazo, el objetivo es mejorar el autoconocimiento, las fortalezas psíquicas individuales y en definitiva: la alegría de vivir. Ese objetivo, lo merece cualquier humano y merece la pena trabajar para lograrlo.
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