El paso del tiempo afecta a todo el cuerpo humano y con la edad se van deteriorando facultades, tejidos y órganos. Uno de los órganos que se pueden ver más afectados en este proceso de envejecimiento es el ojo.
Nuestra visión va perdiendo calidad con los años y por ello hay que estar atento a cualquier cambio que se produzca en nuestros ojos. La mácula es la zona central de la retina, una parte del ojo que contiene millones de fotorreceptores, cuya función es transmitir la mayor cantidad de información, para que las imágenes que se forman en nuestro cerebro sean lo más nítidas y detalladas posible.
Al ser una zona tan delicada, la mácula puede verse afectada de formas diversas. Dos de las afecciones más importantes que puede ocasionar el envejecimiento son la aparición de membranas epirretinianas y de agujeros maculares, enfermedades que se manifiestan a través de síntomas a los que no se suele dar demasiada importancia, pero que determinan la calidad de visión que se tendrá.
El Dr. Enrique Fuentemilla, Oftalmólogo en Zaragoza, nos explica que son las membranas epirretinianas y los agujeros maculares, así como los síntomas que manifiestan y qué posible tratamiento tienen.
Índice de contenido
¿Qué son las membranas epirretinianas y los agujeros maculares?
La mácula del ojo es susceptible a sufrir un deterioro con el paso del tiempo, que no desaparece de manera espontánea. Según sea ese deterioro podemos diferenciar entre membranas epirretinianas y agujeros maculares.
· Membranas epirretinianas
El sobrecrecimiento de tejido fibrocelular y vascular en la zona de la mácula es lo que denominamos membrana epirretiniana, aunque también puede recibir el nombre de fibrosis premacular, membrana de celofán o membrana epimacular.
Este tejido que aparece en la mácula se acaba contrayendo y arrugando, provocando que la agudeza visual disminuya y que se deforme la información que se recibe y transmite a través de los fotorreceptores.
· Agujeros maculares
El agujero macular, como su nombre indica, se trata de la aparición de un hueco en la mácula. Este hueco se origina por una alteración en el movimiento del vitreo, la sustancia líquida, parecida a un gel gelatinoso, que rellena el 80% del ojo y está en contacto directo con la retina.
Cuando se produce una contracción del vitreo la retina es empujada hacia delante, despegándose de la mácula, dando lugar a lo que se conoce como agujero macular.
Cómo reconocer los agujeros maculares y la membrana epirretiniana macular
Los síntomas de estas dos enfermedades pueden confundirse con facilidad y, por ello, son necesarias las revisiones anuales con el oftalmólogo; sobre todo en el caso de que aparezca algún defecto en la visión, porque la detección precoz será fundamental en la recuperación temprana.
Los síntomas de las membranas epirretinianas maculares son tan leves que, en ocasiones, a los pacientes les cuesta reconocerlos:
- Empeoramiento de la visión y aparición de imágenes borrosas.
- Las imágenes pueden estar distorsionadas y deformadas.
- Las líneas pueden estar torcidas.
- En la lectura, los caracteres pueden saltar de línea.
Los síntomas de los agujeros maculares son parecidos a los de la DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad):
- Deformación en las líneas, pueden verse curvadas o torcidas las letras al leer.
- Pérdida de visión o ceguera total en el centro de la visión.
- Borrosidad permanente en la zona central de la imagen
- Puede llegar a aparecer una zona oscurecida en el centro de la mirada.
El paciente puede acudir a una revisión rutinaria sin saber que tiene un agujero macular porque no es perceptible si no se tapa el ojo sano; por esta razón, una manera sencilla de comprobar si hay algún problema de visión es tapar un ojo primero y después el otro.
Esta prueba solo ayuda a saber si hay alguna dificultad en la visibilidad, pero para tener un diagnóstico claro es necesario consultar a un especialista en oftalmología.
¿Quiénes pueden padecer membranas epirretinianas y agujeros maculares?
Como se menciona, la edad es un factor determinante en este tipo de lesiones maculares, por lo que son más prolíficas en edades superiores a los 50.
“A partir de los 70 años el 20% de los pacientes padecerán alguna patología de tipo macular.”
Aunque este tipo de enfermedades se relacionan con el proceso de envejecimiento, también pueden producirse como consecuencia de un traumatismo, enfermedades vasculares como la diabetes o tras sufrir un desprendimiento de retina, lo que significa que no es exclusivo de un rango de edad y que, en ningún caso, se debe descuidar la salud visual.
¿Cómo se detectan las membranas epirretinianas y los agujeros maculares?
Para detectar cualquier lesión en la retina es necesaria la exploración inicial completa de un oftalmólogo en la que se compruebe el estado del ojo y de la visión, y se recabe información acerca de los síntomas que haya experimentado el paciente.
Para diagnosticar el agujero macular generalmente se dilata la pupila con gotas, tras lo cual el oftalmólogo examina la retina; mientras que para confirmar la membrana epirretiniana macular se realiza el test de Amsler y la prueba de agudeza visual de proyección de Optotipos.
Posteriormente, en ambos casos, el oftalmólogo puede solicitar pruebas para confirmar los diagnósticos iniciales. Para este tipo de lesiones se realiza una Tomografía de Coherencia Óptica (OCT), que proporciona información que no se puede ver directamente en una exploración inicial; a veces, se puede añadir también una Angiografía con Fluorescencia (AGF).
¿Qué tratamientos tienen la membrana epirretiniana y el agujero macular?
A menudo, en las membranas epirretinianas no se produce una evolución ni una sintomatología evidente, por lo que no sería necesaria una intervención para extraerlas, pero sí es fundamental hacerse revisiones cada 12 o 6 meses, dependiendo de las recomendaciones médicas que dé el especialista.
En el caso de los agujeros maculares es muy poco probable que se cierren de manera natural. Al no ser una enfermedad que se pueda prevenir, es importante que se detecte en las fases iniciales para poder comenzar la recuperación visual lo antes posible, ya que si se detecta a tiempo se puede tratar con una inyección intravítrea.
Si alguna de las dos enfermedades produce síntomas que dificulten realizar vida normal al paciente se realiza una vitrectomía: una microcirugía que extrae el vitreo para poder trabajar de forma directa sobre la retina. Para los agujeros maculares esta operación es esencial, ya que lo ideal es tratarlos en un plazo corto de tiempo para evitar un deterioro permanente. Además, esta intervención tiene un 90% de éxito.
“Si no se trata el agujero macular puede llevar a la pérdida de la visión central.”
Consejos para cuidar la visión
El principal factor que afecta a estas enfermedades es la edad, por lo que es fundamental hacerse revisiones; pero aun así hay una serie de medidas que se pueden tomar para evitar acelerar el proceso de envejecimiento ocular:
- Fumar aumenta las probabilidades de dañar la retina y, por lo tanto, la mácula, ya que esta consume gran cantidad de oxígeno y el tabaco causa daño oxidativo, contribuyendo a su desgaste.
- Evitar la exposición continuada al sol. Aunque no es algo concluyente, algunos estudios proponen que hay relación entre las lesiones oculares que aparecen por Rayos Ultravioleta (UV) y el desarrollo de la degeneración macular y otros tipos de enfermedades de la retina, como las membranas epirretinianas y agujeros maculares.
- La dieta es muy influyente en el desarrollo de enfermedades oculares: aquellas personas que consumen dietas elevadas en grasa y colesterol y baja en antioxidantes tendrán mayor posibilidad de tener este tipo de problemas.
- Los cambios en la presión arterial, al igual que fumar, produce el estrechamiento de los vasos sanguíneos y reduce el flujo de oxígeno.
Teniendo en cuenta todos estos factores, hacerse revisiones es lo único que garantiza detener la degeneración macular antes de que se convierta en un problema mayor.