La importancia de una alimentación equilibrada en el tratamiento y prevención del acné

La alimentación afecta de forma directa al estado de nuestra piel. Existe una estrecha relación entre llevar una dieta equilibrada y la prevención de ciertas enfermedades o reacciones cutáneas. Por este motivo, es necesario establecer una dieta saludable y equilibrada dirigida por especialistas evitando el consumo de ciertos alimentos que pueden aumentar la posibilidad de la aparición de acné en nuestra piel.

Además de controlar nuestra alimentación es primordial acudir a un dermatólogo en caso de acné. Actualmente, el acné se considera una enfermedad micro inflamatoria e infecciosa del folículo pilosebáceo.

A continuación, te damos una serie de consejos relacionados con tu alimentación que pueden ayudar a disminuir, mejorar o evitar la aparición del acné.

 Alimentos que pueden ayudar a reducir el acné

• Alimentos antiinflamatorios: consumir alimentos ricos en omega 3 alivian los síntomas y ayudan a calmar la inflamación causada por el acné. Algunos alimentos ricos en omega 3 son pescados azules como el atún o el salmón, las nueces, el aguacate y algunas semillas como las de chía, calabaza, cáñamo o lino.
• Alimentos con un bajo índice glucémico: los alimentos que contienen un alto índice glucémico provocan una mayor secreción de insulina en sangre que se relaciona con la inflamación y el aumento de sebo en la piel. Para contrarrestar este efecto podemos buscar alimentos ricos en fibra que disminuya el nivel de glucosa en sangre. Se trata de alimentos como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, semillas y frutos secos.
• Agua: beber mucha agua nos ayuda a eliminar toxinas del organismo y a conservar la piel hidratada manteniéndola más sana y menos expuesta a lesiones. Recomendamos beber alrededor de 2 litros de agua al día.
• Alimentos ricos en vitamina A, B y E: La vitamina A o retinol tiene efectos en la formación y el mantenimiento de la piel y reduce la producción de sebo. La vitamina E y la B se encuentran en alimentos antioxidantes. Podemos encontrar estas propiedades en alimentos como zanahorias, boniato, aceite derivado del pescado, pimiento rojo, huevos, espinacas o mantequilla.
• Alimentos ricos en zinc: el zinc es un oligoelemento que ejerce un papel importante en la división y crecimiento de las células necesarias para mantener la piel sana. Elimina las bacterias que ocasionan el acné, reduce la inflamación localizada en el poro obstruido e interviene en el metabolismo de las hormonas que favorecen el acné. Encontramos zinc en la carne roja, mariscos, frutos secos, semillas de girasol y calabaza, brócoli, coliflor común y legumbres.
• Alimentos antioxidantes: ingerir alimentos antioxidantes ayuda a proteger la salud del consumidor evitando el desarrollo de posibles enfermedades. Los alimentos antioxidantes más destacados son: frutos rojos, brócoli, cebolla, ajo, alcachofas y algunas especias como la cúrcuma.

Alimentos que pueden empeorar el acné

• Lácteos y derivados lácteos: la leche de vaca contiene una serie de proteínas que puede producir reacciones en el sistema inmunológico capaces de provocar reacciones en la piel.
• Sobreconsumo de productos con omega 6: el abuso de alimentos que tengan un índice elevado de aceite de maíz, girasol o palma pueden ser perjudiciales para tu piel.
• Alimentos con un alto contenido en azúcar: hay alimentos que contienen un alto nivel glucémico que provoca un aumento en el nivel de azúcar (glucosa) en la sangre. Aconsejamos la disminución del consumo de chocolate, patata, bollería industrial, bebidas azucaradas, alcohol y zumos y batidos procesados.
• Grasas saturadas derivadas de un consumo excesivo de carnes rojas, frituras o comida rápida.
• Productos refinados: cuentan con un efecto proinflamatorio sobre las glándulas sebáceas aumentando la inflamación de las zonas afectadas por el acné. En este grupo incluimos: harina, azúcar blanco, pan de molde y arroz blanco.

Por lo tanto, para poder tener una piel sana y brillante debes cuidar tu alimentación llevando una dieta equilibrada y disminuyendo el consumo de alimentos que pueden provocar reacciones en tu piel. Además, en este sentido es fundamental acudir al dermatólogo para que te facilite el tratamiento adecuado.